Escucha esta y otras reflexiones en mi podcast:

Copyright © 2022, Maria Rotger Fuster

‘¿Te has arrepentido alguna vez de algo?’.

‘Ni hablar. Definitivamente, me he arrepentido de muchas cosas muchas veces’.

—Me digo mientras me arrepiento de no haberme dado cuenta antes.

Arrepentirse o sentir pena o pesar por algo que hemos hecho o que hemos dejado de hacer o algo así.

Pero de pena va la cosa.

Pena, tristeza.

Siempre lo mismo y siempre distinto.

Pero siempre lo mismo.

Con diferentes caras y disfraces.

La pena se disfraza.

Y a mí no me gusta disfrazarme ni ponerme máscaras.

Aunque sé que, con una máscara puesta, todo sería más fácil.

Me complico la vida, lo sé desde siempre.

No encontrar sentido al arrepentimiento llega cuando así lo decides.

¿Por qué?

Porque consideramos que ese hacer o no hacer ha sido un error y que ese error ha comportado consecuencias, de las cuales, nos culpamos.

Culpa.

Vaya Feria de Sentimientos Antipáticos.

‘Es que si hubiera hecho eso en ese momento, esto no estaría pasando’.

O ‘es que si no hubiera tenido miedo, si no hubiera aceptado que no vinieras, si no me hubiera callado, si me hubiera callado, si hubiera dicho que sí, si hubiera estudiado, si hubiera salido ese día, si me hubiera vestido con ese vestido que tenía ganas de ponerme pero que decidí reservar para un día importante…’.

—Un día importante, ¿qué significa eso?

Cada día es importante.

No. Cada instante es importante.

A partir de ahora cada instante será importante.

Así no podré arrepentirme nunca más de nada.

Porque además arrepentirse es inútil.

Y no tengo tiempo para inutilidades.

Tiempo.

Solo para cosas importantes, como ser yo, si algún día sé qué es eso.

Pero ese es otro tema.

Además, volviendo al arrepentimiento, te arrepientes sin saber dónde está la suerte.

Eso que hiciste o dejaste de hacer te ha llevado a no conseguir algo.

Pero en realidad no sabes si es mejor así.

O si no haber conseguido eso te llevará a conseguir algo mejor para ti.

Probemos a dejar la inutilidad del arrepentimiento y a centrarnos en la importancia de cada instante que vivimos.

Eso me ha gustado.

Centrémonos en eso.